Cuando empecé a decorar galletas con glasé, ya sabía que quería venderlas para ganar dinero extra. Lo que no sabía era que en la práctica me iban a pasar cosas que no iba a saber resolver. Me costó muchos intentos, darme cuenta, que los imprevistos siempre van a ocurrir pero no tengo que tenerles miedo, tengo que aprender a resolverlos asertivamente. En este post te comparto lo que aprendí para manejar mejor los momentos donde no todo sale como quiero.
- Anticipate. Tanto la masa de las galletas, el glasé hecho, e incluso las galletas horneadas pueden conservarse semanas en freezer y/o en recipientes herméticos a temperatura ambiente, así que usa esto a tu favor y no dejes todo para último momento. Intenta que las galletas queden listas un día antes de su entrega, o del evento. Puedes hornear días o semanas antes y guardarlas, otro día hacer el glasé y congelar, otro día descongelar ese glasé y empezar la decoración, y al día siguiente finalizar con los últimos detalles. De esta manera vas a pasar menos estrés y miedo de no llegar a tiempo, vas a dedicarle un rato de tu día a cada parte y no mil horas de la madrugada.
- Guardá siempre masa y glasé extra. Una de las cosas que más me ha traído problemas es que las galletas no queden como yo quería y no tener tiempo para solucionarlo. Si una galleta se te rompe, si algún color te queda muy diferente, si dibujas una cara en la galleta y queda fea, si te equivocas en la cantidad, o cualquier otro inconveniente que pueda pasarte, podés volver a empezar, hornear de nuevo esa galleta que no quedó cómo esperabas, descongelar más glasé si no te alcanzó y te falta algún ingrediente para hacer más cantidad. Siempre guardá un poco de masa y glasé en el freezer, para salvarte en esos momentos de urgencia y no pasar estrés.
- Calculá el tiempo que tardás con cada pedido. Cada vez que hagas galletas, tomá registro de cuántas horas te llevó hacerlas y que cantidad hiciste, así vas a empezar a tener una idea de cuantas horas vas a tener que dedicarle a futuros pedidos y eso te va a ayudar a organizarte y anticiparte para llegar a tiempo y no estar apurada a último momento.
- Simplifica los diseños si lo necesitás. No hace falta que aceptes pedidos muy complejos si aún no sentís la confianza suficiente. Tu cliente va a estar encantad@ de que con honestidad le digas que el diseño que pide podés hacerlo, pero que vas a simplificar la cara, la forma o algunos detalles que aún no has tenido la oportunidad de practicar lo suficiente. Créeme que vas a trabajar con más tranquilidad y seguridad y vas a darle un resultado precioso a tu cliente.
- Priorizá tu descanso. Una mente tranquila y un cuerpo con energía, siempre aseguran mejores resultados. Recordá que tu “trabajo” es en realidad tu creación, y todo proceso creativo se activa cuando nos sentimos emocionalmente fuertes. Muchas veces nos orgullecemos de dar todo de nosotr@s, incluso quedándonos largas madrugadas, consumiendo cafeína en exceso, y perdiendo los hábitos saludables para cumplir en tiempo y forma con todos los pedidos de galletas. Yo lo hice mucho tiempo hasta que entendí que a largo plazo el cansancio aumenta tanto que terminás enfermandote. El descanso es muy importante, ojo con la sobrecarga, con decir que sí a pedidos que sabemos que no deberíamos agregar a una agenda explotada. Si querés dedicarte a esto y no priorizás la salud de tu cuerpo y mente, dejame decirte, que aunque no lo notes todavía, todo va a caer en picada.
No hagas estas 5 cosas con el glasé
Como hacer esta tendencia PYO cookies (paint your own cookies